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domingo, 22 de diciembre de 2013

El plátano y sus propiedades

SABIAS QUE:



SABIAS QUE: De acuerdo a una investigación científica japonesa, el plátano (guineo) completamente maduro con manchas oscuras sobre la cáscara, produce una sustancia llamada “factor de necrosis tumoral” que tiene la capacidad de combatir las células anormales. Cuanto más maduro es el plátano, mejor es su capacidad anti cancerígena. El plátano con manchas oscuras es más alcalino y ocho veces más eficaz en la mejora de las propiedades de los glóbulos blancos de la sangre que cuando está en su estado verde. Comer de 1 a 2 plátanos al día te aumentará tu inmunidad. Dale me gusta, comparte y a manteners
e saludable!!!!

CARTA DE JESUS

CARTA DE JESUS
  
(Una historia sobre el verdadero sentido de la Navidad)

Querido Amigo:

Hola, te amo mucho. Como sabrás, nos estamos acercando otra vez a la fecha en que festejan mi nacimiento.

El año pasado hicieron una gran fiesta en mi honor y me da la impresión que este año ocurrirá lo mismo. A fin de cuentas ¡llevan meses haciendo compras para la ocasión y casi todos los días han salido anuncios y avisos sobre lo poco que falta para que llegue!

La verdad es que se pasan de la raya, pero es agradable saber que por lo menos un día del año, piensan en mí. Ha transcurrido ya mucho tiempo cuando comprendían y agradecían de corazón lo mucho que hice por toda la humanidad.

Pero hoy en día, da la impresión de que la mayoría de la gente apenas si sabe por qué motivo se celebra mi cumpleaños.

Por otra parte, me gusta que la gente se reúna y lo pase bien y me alegra sobre todo que los niños se diviertan tanto; pero aún así, creo que la mayor parte no sabe bien de qué se trata. ¿No te parece?

Como lo que sucedió, por ejemplo, el año pasado: al llegar el día de mi cumpleaños, hicieron una gran fiesta, pero ¿Puedes creer que ni siquiera me invitaron? ¡Imagínate! ¡Yo era el invitado de honor! ¡Pues se olvidaron por completo de mí!.

Resulta que habían estado preparándose para las fiestas durante dos meses y cuando llegó el gran día me dejaron al margen. Ya me ha pasado tantísimas veces que lo cierto es que no me sorprendió.

Aunque no me invitaron, se me ocurrió colarme sin hacer ruido. Entré y me quedé en mi rincón. ¿Te imaginas que nadie advirtió siquiera mi presencia, ni se dieron cuenta de que yo estaba allí?

Estaban todos bebiendo, riendo y pasándolo en grande, cuando de pronto se presentó un hombre gordo vestido de rojo y barba blanca postiza, gritando: "¡jo, jo, jo!".

Parecía que había bebido más de la cuenta, pero se las arregló para avanzar a tropezones entre los presentes, mientras todos los felicitaban.

Cuando se sentó en un gran sillón, todos los niños, emocionadísimos, se le acercaron corriendo y diciendo: ¡Santa Clos! ¡Cómo si él hubiese sido el homenajeado y toda la fiesta fuera en su honor!

Aguanté aquella "fiesta" hasta donde pude, pero al final tuve que irme. Caminando por la calle me sentí solitario y triste. Lo que más me asombra de cómo celebra la mayoría de la gente el día de mi cumpleaños es que en vez de hacer regalos a mí, ¡se obsequian cosas unos a otros! y para colmo, ¡casi siempre son objetos que ni siquiera les hacen falta!

Te voy a hacer una pregunta: ¿A tí no te parecería extraño que al llegar tu cumpleaños todos tus amigos decidieron celebrarlo haciéndose regalos unos a otros y no te dieran nada a tí? ¡Pues es lo que me pasa a mí cada año!

Una vez alguien me dijo: "Es que tú no eres como los demás, a ti no se te ve nunca; ¿Cómo es que te vamos a hacer regalos?". Ya te imaginarás lo que le respondí.

Yo siempre he dicho "Pues regala comida y ropa a los pobres, ayuda a quienes lo necesiten. Ve a visitar a los huérfanos, enfermos y a los que estén en prisión!".

Le dije: "Escucha bien, todo lo que regales a tus semejantes para aliviar su necesidad, ¡Lo contaré como si me lo hubieras dado a mí personalmente!" (Mateo 25,34-40).

Muchas personas en esta época en vez de pensar en regalar, hacen bazares o ventas de garaje, donde venden hasta lo que ni te imaginas con el fin de recaudar hasta el último centavo para sus nuevas compras de Navidad.

Y pensar todo el bien y felicidad que podrían llevar a las colonias marginadas, a los orfanatos, asilos, penales o familiares de los presos.

Lamentablemente, cada año que pasa es peor. Llega mi cumpleaños y sólo piensan en las compras, en las fiestas y en las vacaciones y yo no pinto para nada en todo esto. Además cada año los regalos de Navidad, pinos y adornos son más sofisticados y más caros, se gastan verdaderas fortunas tratando con esto de impresionar a sus amistades.

Esto sucede inclusive en los templos. Y pensar que yo nací en un pesebre, rodeado de animales porque no había más.

Me agradaría muchísimo más nacer todos los días en el corazón de mis amigos y que me permitieran morar ahí para ayudarles cada día en todas sus dificultades, para que puedan palpar el gran amor que siento por todos; porque no sé si lo sebes, pero hace 2 mil años entregué mi vida para salvarte de la muerte y mostrarte el gran amor que te tengo.

Por eso lo que pido es que me dejes entrar en tu corazón. Llevo años tratando de entrar, pero hasta hoy no me has dejado. "Mira yo estoy llamando a la puerta, si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos". Confía en mí, abandónate en mí. Este será el mejor regalo que me puedas dar. Gracias


Tu amigo
Jesús

viernes, 20 de diciembre de 2013

Carta a los Reyes Magos

Es la mejor explicación sobre Los Reyes que he leído nunca

¡¡¡¡¡¡AHORA SI QUE NO TENGO DUDAS!!!!!!

Los Reyes Magos son verdad

Apenas su padre se había sentado al llegar a casa, dispuesto a escucharle como todos los días lo que su hija le contaba de sus actividades en el colegio, cuando ésta en voz algo baja, como con miedo, le dijo:

- ¿Papa?

- Sí, hija, cuéntame

- Oye, quiero... que me digas la verdad

- Claro, hija. Siempre te la digo -respondió el padre un poco sorprendido

- Es que... -titubeó Blanca

- Dime, hija, dime.

- Papá, ¿existen los Reyes Magos?

El padre de Blanca se quedó mudo, miró a su mujer, intentando descubrir el origen de aquella pregunta, pero sólo pudo ver un rostro tan sorprendido como el suyo que le miraba igualmente.

- Las niñas dicen que son los padres. ¿Es verdad?

La nueva pregunta de Blanca le obligó a volver la mirada hacia la niña y tragando saliva le dijo:

- ¿Y tú qué crees, hija?

- Yo no sé, papá: que sí y que no. Por un lado me parece que sí que existen porque tú no me engañas; pero, como las niñas dicen eso.

- Mira, hija, efectivamente son los padres los que ponen los regalos pero...

- ¿Entonces es verdad? -cortó la niña con los ojos humedecidos-. ¡Me habéis engañado!

- No, mira, nunca te hemos engañado porque los Reyes Magos sí que existen -respondió el padre cogiendo con sus dos manos la cara de Blanca.

- Entonces no lo entiendo, papá.

- Siéntate, Blanquita y escucha esta historia que te voy a contar porque ya ha llegado la hora de que puedas comprenderla -dijo el padre, mientras señalaba con la mano el asiento a su lado.

Blanca se sentó entre sus padres ansiosa de escuchar cualquier cosa que le sacase de su duda, y su padre se dispuso a narrar lo que para él debió de ser la verdadera historia de los Reyes Magos:

- Cuando el Niño Jesús nació, tres Reyes que venían de Oriente guiados por una gran estrella se acercaron al Portal para adorarle. Le llevaron regalos en prueba de amor y respeto, y el Niño se puso tan contento y parecía tan feliz que el más anciano de los Reyes, Melchor, dijo:

- ¡Es maravilloso ver tan feliz a un niño! Deberíamos llevar regalos a todos los niños del mundo y ver lo felices que serían.

- ¡Oh, sí! -exclamó Gaspar-. Es una buena idea, pero es muy difícil de hacer. No seremos capaces de poder llevar regalos a tantos millones de niños como hay en el mundo.

Baltasar, el tercero de los Reyes, que estaba escuchando a sus dos compañeros con cara de alegría, comentó:

- Es verdad que sería fantástico, pero Gaspar tiene razón y, aunque somos magos, ya somos ancianos y nos resultaría muy difícil poder recorrer el mundo entero entregando regalos a todos los niños. Pero sería tan bonito.

Los tres Reyes se pusieron muy tristes al pensar que no podrían realizar su deseo. Y el Niño Jesús, que desde su pobre cunita parecía escucharles muy atento, sonrió y la voz de Dios se escuchó en el Portal:

- Sois muy buenos, queridos Reyes Magos, y os agradezco vuestros regalos. Voy a ayudaros a realizar vuestro hermoso deseo. Decidme:

¿Qué necesitáis para poder llevar regalos a todos los niños?

- ¡Oh, Señor! -dijeron los tres Reyes postrándose de rodillas.

Necesitaríamos millones y millones de pajes, casi uno para cada niño que pudieran llevar al mismo tiempo a cada casa nuestros regalos, pero, no podemos tener tantos pajes., no existen tantos.

- No os preocupéis por eso -dijo Dios-. Yo os voy a dar, no uno sino dos pajes para cada niño que hay en el mundo.

- ¡Sería fantástico! Pero, ¿cómo es posible? -dijeron a la vez los tres Reyes Magos con cara de sorpresa y admiración.

- Decidme, ¿no es verdad que los pajes que os gustaría tener deben querer mucho a los niños? -preguntó Dios.

- Sí, claro, eso es fundamental - asistieron los tres Reyes.

- Y, ¿verdad que esos pajes deberían conocer muy bien los deseos de los niños?

- Sí, sí. Eso es lo que exigiríamos a un paje -respondieron cada vez más entusiasmados los tres.

- Pues decidme, queridos Reyes: ¿hay alguien que quiera más a los niños y los conozca mejor que sus propios padres?

Los tres Reyes se miraron asintiendo y empezando a comprender lo que Dios estaba planeando, cuando la voz de nuevo se volvió a oír:

- Puesto que así lo habéis querido y para que en nombre de los Tres Reyes Magos de Oriente todos los niños del mundo reciban algunos regalos, YO, ordeno que en Navidad, conmemorando estos momentos, todos los padres se conviertan en vuestros pajes, y que en vuestro nombre, y de vuestra parte regalen a sus hijos los regalos que deseen. También ordeno que, mientras los niños sean pequeños, la entrega de regalos se haga como si la hicieran los propios Reyes Magos. Pero cuando los niños sean suficientemente mayores para entender esto, los padres les contarán esta historia y a partir de entonces, en todas las Navidades, los niños harán también regalos a sus padres en prueba de cariño. Y, alrededor del Belén, recordarán que gracias a los Tres Reyes Magos todos son más felices.

Cuando el padre de Blanca hubo terminado de contar esta historia, la niña se levantó y dando un beso a sus padres dijo:

- Ahora sí que lo entiendo todo papá. Y estoy muy contenta de saber que me queréis y que no me habéis engañado.

Y corriendo, se dirigió a su cuarto, regresando con su hucha en la mano mientras decía:

- No sé si tendré bastante para comprar  algún regalo, pero para el año que viene ya guardaré más dinero.

Y todos se abrazaron mientras, a buen seguro, desde el Cielo, tres Reyes Magos contemplaban la escena muy satisfechos.

Feliz Navidad desde todas las partes del mundo, y ya sabes que si reenvías este correo a todos tus amigos con hijos o sobrinos se cumplirán todos tus deseos.

Por cierto, echa de tu casa a ese barbudo y gordo impostor de rojo, ¡¡¡es un invento de la Coca-Cola!!!

domingo, 15 de diciembre de 2013

PARA REFLEXIONAR

PARA REFLEXIONAR 

Cuentan que el jefe indio le decía a su hijo que el ser humano tenía dos lobos dentro suyo. Un lobo que representaba todas las emociones positivas, como el amor, la compasión y el servicio. Y el segundo lobo que representaba a las emociones negativas, como el odio, la rabia y la envidia. El padre le dijo que los dos lobos peleaban todo el tiempo dentro del hombre. 

Luego, el hijo miró intrigado al padre y le preguntó: ¿Y quién gana la pelea, papá? El padre miró a su hijo con cariño y le respondió: depende a qué lobo alimente más. 

Esta linda historia muestra de una forma metafórica una realidad. El ser humano tiene los dos aspectos, el positivo y el negativo. ¿Quién gana? Depende a quién decidimos nosotros alimentar. (MAR)

miércoles, 10 de julio de 2013

Pizza.

Pizza casera

Hoy, te  animo  a preparar para cenar pizza, aquí te dejo la receta base para preparar una rica pizza casera.
 Ingredientes:

  • 250 gr. de harina con levadura
  • 1 cuchara pequeña de sal
  • 3 cucharadas soperas de aceite de oliva
  • 125 c. de agua  
  • Harina
  • Los ingredientes con los que quieras rellenar la masa a tu gusto 
Preparación
 En un bol grande y mezcla la harina con levadura, la sal y el agua. Añade el aceite y amasa hasta que empiece a hacerse una masa compacta . Añade  poco a poco harina hasta que no se te pegue a los dedos.
Se  cubre con un paño y se deja reposar a temperatura ambiente unos 30 minutos aproximadamente.

Con un rodillo extiende la masa hasta que quede con un grosor de 0,5 a 1 cm.

Coloca la masa sobre la bandeja y  empiza a ponerle el aderezo que más te guste. En mi caso, solemos poner como base un tomate , queso mozzarela y el resto depende del día: aceitunas, bacon, pimiento, champiñones, anchoas, atún etc.

Una vez que el horno ya ha alcanzado la temperatura de 180º mete la pizza y déjala durante 15 minutos aproximadamente. 

miércoles, 6 de febrero de 2013

Canónigo


Receta Canónigo, postre popular en  Liébana

Ingredientes

6 huevos
1/2 l de leche
24 cucharadas de azúcar
6 bizcochos
mantequilla


Preparación

Se separan las yemas de las claras, y se montan las seis claras de huevo a punto de nieve; una vez montadas se le agregan doce cucharadas de azúcar y se vuelve a batir con fuerza hasta que adquieran la consistencia del merengue.
En un cazo a parte se ponen las otras doce cucharadas de azúcar, y se pone al fuego hasta conseguir el caramelo; a continuación se le agrega el merengue sin parar de mover, para que todo quede mezclado. Mientras se precalienta el horno a 175 ºC; se unta una cazuela con mantequilla y se echa el merengue. Se introduce en el horno, a una altura media, y se deja unos ocho o diez minutos. Mientras, con las yemas, la leche y el resto del azúcar, se hacen unas natillas. Al sacar el canónigo del horno, se coloca en una fuente rodeado de las natillas, y se adorna con los bizcochos, con lo que queda listo para servir.

Canónigo... lo único que tiene que ver con la iglesia es que tiene un sabor celestial

Foto de: cibeles

Receta Canónigo, 


Ingredientes

6 huevos
1/2 l de leche
24 cucharadas de azúcar
6 bizcochos
mantequilla


Preparación

Se separan las yemas de las claras, y se montan las seis claras de huevo a punto de nieve; una vez montadas se le agregan doce cucharadas de azúcar y se vuelve a batir con fuerza hasta que adquieran la consistencia del merengue.
En un cazo a parte se ponen las otras doce cucharadas de azúcar, y se pone al fuego hasta conseguir el caramelo; a continuación se le agrega el merengue sin parar de mover, para que todo quede mezclado. Mientras se precalienta el horno a 175 ºC; se unta una cazuela con mantequilla y se echa el merengue. Se introduce en el horno, a una altura media, y se deja unos ocho o diez minutos. Mientras, con las yemas, la leche y el resto del azúcar, se hacen unas natillas. Al sacar el canónigo del horno, se coloca en una fuente rodeado de las natillas, y se adorna con los bizcochos, con lo que queda listo para servir.

lunes, 28 de enero de 2013

BIZCOCHO DE LECHE CONDENSADA


BIZCOCHO DE LECHE CONDENSADA






INGREDIENTES:
130 gr. de harina
50 gr. de maizena
400 gr. de leche condensada
4 huevos
150 gr de mantequilla
1 bolsa de levadura quimica
 (8 gr.)
una pizca de sal


PreparaciónEn este momento podemos decidir si queremos hacer magdalenas o un bizcocho grande (en un molde de 24 cm).
Precalentamos el horno a 180º y preparamos el molde elegido.
Separamos las yemas de las claras y montamos estas ultimas a punto de nieve con la pizca de sal y reservamos.
Ponemos en el bol de una batidora con varillas las yemas y la lata de leche condensada y batimos hasta obtener una crema fina. 
Derretimos la mantequilla y una vez fría la añadimos a la mezcla anterior.
Tamizamos la harina con la levadura y lo agregamos al bol junto con lo anterior y mezclamos lo justo para que se integre la harina.
En este momento, añadimos las claras montadas a punto de nieve con movimientos envolventes, con mucho cuidado, procurando que la mezcla no "baje".
Horneamos durante 20-25 minutos si son magdalenas, 40 minutos aproximadamente si lo hacemos en un molde mas grande.
Comprobamos con un palillo antes de sacar del horno.
Una vez fuera podemos espolvorear con azúcar glass.